Contrato investigador

jueves, 3 de noviembre de 2016

Presentación

¡Hola a todxs!
Soy Fernando, Filofer para los amigos, y soy profesor de Filosofía en el I.E.S. Severo Ochoa de Alcobendas (Madrid - España).
Con este blog pretendo prolongar (y profundizar en) mis labores académicas, precisamente para que no se queden en lo meramente académico.
Seas quien seas, la única condición para participar en el blog es que seas una mente inquieta y, a pesar de todo lo que está cayendo, te admire lo que ves a tu alrededor y te preguntes qué sentido tiene.

Apuntes de Platón

Aquí tienes mis apuntes de Platón para 2º de Bachillerato en formato .pdf
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Apuntes de Aristóteles y filosofía helenística

Aquí tienes mis apuntes de Aristóteles y helenismo para 2º de Bachillerato en formato .pdf
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Nuevas formas de leer

El enfoque sociocultural de la lectura que nos ofrece Cassany  es iluminador y fecundo. Lo es porque dinamiza la concepción de la lectura y la saca del enfoque tradicional en el que la lectura era (o es) un asunto privado, un "negocio" entre un libro (cualquiera) y un lector (cualquiera). Y, sobre todo, nos ayuda a nosotros, docentes, a comprender mejor la situación lectora de nuestros alumnos y ésta es la única manera de lograr lo que queremos: que lean más y mejor.

En este sentido, llama la atención la distinción entre lo vernáculo y lo académico y cómo dice que lo vernáculo construye identidad y lo académico no. Me entristece esta afirmación pero es real. Y recuerdo dos ejemplos. El primero es un hecho que empieza a extenderse. Cuando preguntas a los chicos, sobre todo en los primeros cursos de la ESO, qué quieren ser de mayores, hay de todo pero empieza a situarse en el top una nueva profesión: youtuber. Para ellos, lo positivo es que puedes ganar dinero, eres famoso y "seguido” por otros y no requiere tanto estudio. Por supuesto, pueden darte el nombre de algunos de estos youtubers consagrados, auténticos creadores de opinión, a los que sus profesores no conocen para nada.

El segundo es algo que a veces ocurre en los chicos que pasan de primaria a secundaria, más en los que cambian del colegio al Instituto. Alumnos con gran afición e ilusión lectora acaban por aborrecer la lectura años más tarde. Ellos dicen estar cansados de tantos y tan aburridos libros que les mandamos leer, de los que luego les hacemos exámenes. Aquí tienen parte de razón pues la lectura pasa de ser una labor placentera y dadora de sentido a una obligación académica más, con la que, además, pueden perder mucho y suspender.
Para reducir esta sensación que tienen los alumnos, propongo mayor flexibilidad en alguno de los aspectos que rodean a nuestra misión de fomento de la lectura. Por ejemplo, en 1º de Bachillerato, “tienen que” leer al menos dos libros a lo largo del curso. Hasta aquí lo obligatorio. Estos libros son elegidos por ellos entre una lista de más de cuarenta títulos que yo les ofrezco. De este modo, es más posible atender a la diversidad de intereses y, por otra parte, el chico o chica siente cierta libertad a la hora de leer: no si leer o no, sino qué leer (aunque esto exija que el profesor tenga que leerse todos los libros…).

Respecto al tema de las nuevas plataformas de lectura, recordaré una idea de McLuhan.
Según él, el cambio de forma sufrido por un medio implica un cambio de contenido; en sus propias palabras “el medio es el mensaje”. Esto significa que no es lo mismo leer un libro analógico en soledad que un libro en una plataforma digital. Y esto por la tendencia de Internet a convertir todo medio en un medio social. El medio electrónico incluye muchas posibilidades de salir de la soledad lectora: hipervínculos, debates, comunicación con otros lectores, posibilidades de compartir, información “extra”, otras funciones del aparato, etcétera. Todo ello ya está influyendo en las maneras de leer y escribir. Acabaremos leyendo libros como leemos periódicos o revistas: picoteando un poquito aquí y allá. Esta tendencia se observa en nuestros alumnos que prefieren ver la “peli” o leer un resumen a leer todo el “tocho”. Y, en todo caso, prefieren “leer” a sus youtubers preferidos.

Pero no es sólo cuestión de preferencia por una plataforma u otra. Hay estudios que afirman las implicaciones que esto tiene en el estilo de aprendizaje o, incluso, en la configuración cerebral (no es que cambie nuestro cerebro físicamente pero sí las conexiones neuronales que se fomentan y las que no se fomentan). La lectura clásica podrá fomentar más fácilmente la concentración, el análisis, la reflexión, incluso la imaginación y la memoria. La digital, la agilidad mental, la toma de decisiones, la atención a múltiples estímulos a la vez.
Habría mucho que hablar aquí. De momento, acabo con una pregunta ¿dónde se encuentran estos alumnos? ¿Y nosotros, sus profesores?